jueves, 29 de julio de 2010

Tarot Iniciático

Ariell Chris/ Laura Morandini

Dentro de la búsqueda del conocimiento esotérico existen dos grandes caminos: la Vía Solar asociada a Tipheret y a la trascendencia – dentro del árbol Qabalistico- y la Vía Lunar asociada a Jesod, que es la conciencia oracular.
Por la Vía Solar se entra en la búsqueda del Self - El Sol en la Astrología- a través de un proceso consciente, lúcido, que en sus inicios necesita de la vía racional, de la interpretación de los símbolos exteriores y de los arquetipos manifestados a través de las imágenes del inconsciente colectivo -Akasha-. También utiliza el discernimiento y la discriminación para comprender y aprehender el significado de las cosas. En su nivel más evolucionado se expresa como la supraconciencia, la comprensión de las Leyes Kármicas y la necesidad de trascendencia.
La Vía Lunar, por el contrario, permite acceder al conocimiento de forma instantánea a través de la intuición y se vale como medio de lo oracular, donde el pasado, presente y futuro se encuentran condensados en un tiempo sin tiempo. Se utilizan las herramientas como el Tarot, las Runas y el Péndulo, entre otros. Aquí se introduce la noción de pensamiento mágico en contraposición al pensamiento racional. Para Carl G. Jung, el pensamiento mágico funciona expresando la Ley de Sincronicidad, es decir, que en el colectivo se expresan símbolos universales que corresponden al espíritu del momento.
Para el estudio del Tarot -que es de naturaleza esencialmente Lunar- puede utilizarse tanto la aproximación racional como la intuitiva, estando la elección condicionada por las características personales del aprendiz. Es importante señalar que las dos vías son válidas y además necesarias, ya que es la integración de ambas lo que permite una real comprensión del significado, simbolismo y trascendencia de los Arcanos.
El Tarot muestra 76 cartas conformadas por los Arcanos Mayores (22) y los Arcanos Menores (56). Estas imágenes representan los misterios a los que se enfrenta el hombre en su recorrido por la experiencia humana. Los Arcanos Mayores sintetizan energías arquetipales, procesos de diferenciación e individuación, los grandes capítulos en la historia de una vida; mientras que los Arcanos Menores aluden a experiencias y situaciones de tipo concreto y cotidiano. Se podría decir que los Arcanos Mayores muestran las etapas trascendentes de los seres humanos -conciencia Solar- , mientras que los Arcanos Menores expresan el campo de acción y vivencias cotidianas para la realización de los Mayores -conciencia Lunar-


Tarot e Individuación




El Tarot, tradicionalmente ha sido considerado como un método adivinatorio que permite el acceso al conocimiento de acontecimientos futuros de la vida de una persona. Esta es la manera en que popularmente se conoce su uso, sin embargo un estudio en profundidad del significado, simbolismo y del proceso de evolución que encierran los Arcanos permite hacer un uso más personal e íntimo para comprender las diversas experiencias a lo largo de la vida.
Con el estudio respetuoso y profundo de los Arcanos Mayores podemos -más que esperar una respuesta mágica que nos puede proporcionar un extraño- aprender a conectarnos con nuestro interior y a confiar en las respuestas que obtenemos de nosotros mismos.
Esta herramienta cuenta nuestra historia personal a lo largo de la vida, mostrando las experiencias arquetipales –comunes a todas las personas- y permitiendo la flexibilidad, apertura y comprensión para el afrontamiento de los períodos de crisis y por lo tanto del crecimiento individual
El proceso de individuación no es más que el camino que todos debemos recorrer para llegar a ser quienes somos potencialmente, y el Tarot nos proporciona una guía interior para ayudarnos: advertirnos cuando estamos abandonando nuestro sendero de manera que podamos llegar a la meta más conscientes de nosotros mismos para así iniciar nuevamente el recorrido en un nivel de mayor evolución.
Los Arcanos Mayores pueden ser símbolos descriptivos del proceso de individuación ya que hacen referencia a los momentos evolutivos del ser humano y por consiguiente de la conciencia Solar, que permite trascender lo efímero y acceder al sentido de las experiencias como oportunidades de crecimiento. No así los Arcanos Menores, que si bien proveen información sobre acontecimientos mundanos y cotidianos nos mantienen apegados a nuestra conciencia Lunar, regresiva, cotidiana y ávida de inmediatez para la satisfacción de nuestras necesidades.

El Sendero Iniciático




El Loco en su viaje -que simboliza al hombre desnudo en su estado inconsciente- necesita recorrer diferentes esferas iniciáticas expresadas a través de acontecimientos, vivencias y pruebas que le proporcionarán la oportunidad de hacerse más consciente de sí mismo y fundirse con lo Divino.
El Loco convertido en Mago entra en contacto por primera vez con las herramientas que le permitirán expresar su creatividad y encontrar su Don o Dharma. De él depende el uso que haga de las mismas, por lo que una vez que ha pasado esta primera prueba se encuentra con la Sacerdotisa, la Sophia de los filósofos herméticos, también llamada Gnosis. De ella aprende a mirar hacia su interior y a rescatar de su memoria arcaica el conocimiento oculto.
La Sacerdotisa se convierte en Emperatriz, trasformando sus imágenes internas y sabiduría en frutos palpables para el mundo material, manifestando la energía creativa. El Emperador toma posesión de esta energía y la dota de una estructura funcional, estable y productiva. Él dicta las pautas y leyes para sentar las bases de lo ya creado.
De la extrema cristalización de la conciencia a través de la visión materialista de la vida, comienza una gradual búsqueda de sentido, una primera conexión consciente con La Divinidad, manifestada en el Sumo Sacerdote. Es el Revelador exterior y guía moral de los Misterios Mayores en contraposición y complemento al conocimiento interno e intuitivo aportado por la Sacerdotisa.
A partir de los Enamorados surge la dualidad, la encrucijada, la elección que muestra dos caminos opuestos: la vía antigua estructurada por la visión de una vida segura, estable versus la vía del corazón, que lleva al encuentro consigo mismo y a la búsqueda del verdadero destino.
Una vez tomada la decisión, con El Carro se actúa y se toman las riendas de la propia vida, el Héroe parte a sus aventuras cerrando un ciclo de vida con entusiasmo y renovadas ganas de vivir.
Después de haber llevado al Ego a su máxima expresión por la fuerza manifestada en el Carro, tiene lugar el encuentro con la Diosa Themis -La Justicia- que muestra al hombre la forma correcta de comportarse mediante la justicia Divina o ley karmica.
Es en este momento que aparece la figura del Ermitaño, expresando la interiorización a través de la soledad forzada, aislamiento y alejamiento del mundo como una oportunidad para encontrar sentido a las propias vivencias y aprender de la experiencia.
Con la Rueda de la Fortuna llega la toma de conciencia de lo efímero de la vida y de los ciclos de la experiencia humana con sus éxitos y fracasos, subidas y caídas.
La Fuerza muestra al hombre que doblega sus instintos primarios –naturaleza animal- con la fuerza de voluntad y la confrontación con el orgullo desmesurado -hybris- .
En el Colgado se da la muerte iniciática, definitiva del Ego, enseñando la senda del sacrificio, el pensar en otros más que en sí mismo y entregar la vida por un ideal trascendente. Símbolo del sendero del discípulo, imagen de la crucifixión Crística, sacrificio y redención. Sumisión al destino y a la voluntad Divina.
Después de la crucifixión, La Muerte, el descenso a los Infiernos. Duelo necesario por la pérdida de la identidad antigua, ya definitivamente enterrada. Nacimiento del Iniciado, nacimiento a una nueva vida.
Con la Templanza encontramos la imagen del hombre convertido en un ser Angélico, dotado de poderes sobrenaturales y desligado del destino impuesto por los Dioses planetarios, llamado por los Rosacruces Hermanos Mayores y auxiliares invisibles. Servidores de la luz.
La aparición súbita del Arcano XV, El Diablo, confronta al hombre sublimado en la imagen de la Templanza, con sus propios temores, debilidades, apegos y deseos, tentándolo a través del poder y la promesa de riquezas y juventud eterna. Si acepta se convierte en un ángel caído: imagen de Mephistófeles y el Dr Fausto, el alquimista que vendió su alma por la formula del Oro Alquímico. Ante la resistencia al cambio, y el materialismo grosero, el hombre construye muros de seguridad -La Torre- que se convierten en su propia prisión y el detenimiento de su progreso evolutivo. La liberación se manifiesta en las fuerzas destructivas de la naturaleza, la pérdida inevitable de todo cuanto se posee. Son las pruebas de la Fe, Dios y el Diablo compitiendo por el alma de Job.
Una vez que se han perdido las certezas que aportaba la seguridad de la Torre, aparece lo más vulnerable y auténtico del ser humano en la imagen de la Estrella. Esta mujer desnuda ante la vida se deja guiar por la creencia en algo superior a ella misma, es la representación de la esperanza, última en aparecer una vez abierta la caja de Pandora.
Entre las últimas pruebas de oscuridad se encuentra la confrontación con la Luna. Ya la decisión de transitar el camino según las propias creencias se ha consolidado, así llega la incomprensión de quienes no comparten la forma particular de concebir y afrontar la vida. En este momento surgen sentimientos de alejamiento, aislamiento, miedos, tristeza, soledad, así como crítica y envidia por parte de quienes no se atreven a seguir su propio camino. Hay que transitar a través de estos sentimientos oscuros para poder llegar al Sol, a la parte más consciente y lúcida de la psique. El Arcano XIX, El Sol, es la expresión más pura de la propia individualidad y trascendencia espiritual, la plenitud del Ser, la fusión con el Yo Superior, la senda del corazón, el Opus Alchimicum, la Piedra Filosofal. El logro del Alquimista. La Iniciación Mayor.
El Juicio, Arcano XX, el sendero siguiente, muestra el Milagro de la Resurrección de Cristo y su ascenso a los cielos, al igual que la resurrección de los muertos en el día del Juicio Final, símbolo del renacer del Iniciado a una nueva vida, terminando así en el Arcano XXI, El Mundo, este largo peregrinar del Loco, que ha logrado detener la Rueda del Samsara, liberándose y conquistando finalmente su Universo.

martes, 27 de julio de 2010

La Emperatriz y La Estrella

Estos dos Arcanos representan arquetipos femeninos antagónicos. La Emperatriz irradia sensualidad a pesar de su ropaje, mientras que la Estrella, desnuda, aparece como una imagen virginal, sublime.

Spiral Tarot
La Emperatriz es una mujer conectada con su cuerpo y sus necesidades de gratificación. Ama los adornos, sentirse bella, sabe que gran parte de su poder está en su apariencia y su capacidad de seducción, se siente segura de sí misma y es hábil para obtener lo que desea. La Emperatriz  se encuentra en medio de un ambiente bucólico y tranquilo, sabe lo que quiere y la manera de obtenerlo a través de la ley del menor esfuerzo. Su poder radica en “ser mujer”. Con la mano derecha sostiene el cetro que le da el triunfo sobre el mundo de la feminidad.

El agua del pequeño riachuelo hace presencia a su lado, sin tocarla ( a diferencia de la Sacerdotisa y la Estrella), indicando que no está alejada de su vida emocional pero que esta se encuentra bien encauzada sin perturbarla. Es estable en sus afectos y necesita de la pareja para sentirse completa.

Es un arquetipo muy valorado en nuestra sociedad Venusina, en su nivel menos desarrollado la Emperatriz es vanidosa, superficial y frívola. Juzga a los demás por la apariencia y se preocupa sólo de la gratificación inmediata de sus deseos. En la expresión más elevada de su energía encarna el poder femenino creativo, gestando en su vientre el fruto de la unión en el plano físico.


Druid Craft Tarot
La Estrella es una mujer que aparece desnuda, de perfil, casi en posición reverencial frente al cosmos. Las 7 estrellas sobre su cabeza representan los 7 planetas antiguos ante los cuales ella se rinde sumisa y consciente del poder que ejercen los ritmos superiores. En el Druid Craft Tarot están representadas  las  siete estrellas de la constelación de las Pléyades, ninfas vírgenes.
La Estrella no necesita ropas para cubrirse porque en su autenticidad no tiene miedo de mostrarse vulnerable, su poder está justamente en saberse frágil pero protegida por fuerzas invisibles. No necesita cubrirse de objetos mundanos con los cuales identificarse y sentirse segura, con su desnudez se viste de sí misma en medio de la comunión con el Anima Mundi. Ella está completa en sí misma.

El ambiente en el cual se encuentra la Estrella es de reflexión y sabiduría. El Ibis, ave considerada la encarnación del dios Thot, la conecta con el conocimiento de lo oculto y las leyes de la naturaleza.

Es una mujer libre, a diferencia de la Emperatriz, no quiere vínculos para ser adorada o reconocida. Su actitud es de desapego y libertad personal. No pertenece a nadie, ni desea vínculos que la obliguen a renunciar a su desnudez. Ella no representa ningún rol porque fue obligada por las circunstancias a despojarse de ellos en el arcano anterior (La Torre).

Spiral Tarot
La Estrella ama la vida, la naturaleza, se sabe unida a la totalidad y disfruta de su soledad.

La Emperatriz es Venus Pandemos, el amor terrestre y la fuerza generadora en el plano físico, hija de Zeus y Dione para los Griegos. La Estrella corresponde a Venus Urania, el amor celeste, elevado, espiritual, nacida de los genitales de Urano al ser castrado por Cronos. Son dos niveles de la expresión del amor: carnal y sublime, físico y espiritual.

Para los Griegos, Urania ( “La Celeste”) era considerada la musa de la astronomía y de la astrología. Estaba representada portando un globo en su mano izquierda y una clavija en la derecha, en su pie una tortuga, símbolo del silencio. Podía leer el futuro por la posición de las estrellas. También estaba asociada al amor universal y al Espíritu Santo. Era protectora de todos aquellos interesados en la filosofía y el estudio de lo celeste.





Urania


En el lenguaje del Tarot la transición entre ambos arquetipos lo otorga La Rueda de la Fortuna. Si observamos en el arreglo 3 x 7, veremos que en el 3er ternario se encuentran la Emperatriz, la Rueda de la Fortuna y la Estrella. Leyendo en este sentido los Arcanos, podemos observar que la Emperatriz se convierte en La Estrella a través de la Rueda de la Fortuna. ¿Qué significa esto?

Arreglo 3 x 7

La mujer de tierra, concreta, sensorial, apegada a sus deseos y necesidades materiales, logra despertar su conexión con el Todo a través de la toma de conciencia de los ciclos celestes y la conciencia de “algo más” que opera fuera del plano físico.

Una imagen simbólica oriental de la unión de la Tierra (Emperatriz) con el Cielo (Rueda de la Fortuna) para los Chinos está representado por el exagrama N 11 del I Ching T’ai/ La Paz (La Estrella). La Paz que llega después del caos generado por la Torre.

Hexagrama 11 T'ai/ La Paz


Si bien se puede argumentar que el exagrama Chien/Cielo se corresponde con el Mago, recordemos que El Mago (I), La Rueda de la Fortuna (X) y el Sol (XIX) nos remiten numerológicamente al 1, de manera que los tres Arcanos son una expresión cambiante y evolutiva de la energía creativa en cada uno de los 3 septenarios.

Esta es una de las tantas lecturas que puede derivarse de la ampliación del simbolismo y arreglos del Tarot.